Sisal en la encrucijada: entre el encanto de su pasado y la presión del progreso
Pueblo Mágico de Yucatán enfrenta desafíos inmobiliarios, turismo desmedido y conflictos por la preservación de su naturaleza.

Yucatán
7 de abril de 2025
Redacción
Desde hace semanas, el Pueblo Mágico de Sisal, Yucatán, se ha convertido en el epicentro de intensas discusiones sobre el mercado inmobiliario, la llegada de extranjeros interesados en bienes raíces y el turismo, así como el acceso a la vivienda y la preservación de sus zonas naturales. Los ejidatarios y pobladores locales, apoyados por ciudadanos y organizaciones en redes sociales, hacen eco de una problemática que, según ellos, se arrastra desde hace años.
En una entrevista exclusiva, miembros del Ejido de Sisal expresaron cómo el “progreso” ha transformado su puerto y afectado la vida tradicional de la comunidad. Aunque Sisal siempre fue mágico por sí mismo, la designación como “Pueblo Mágico” en plena pandemia despertó nuevas expectativas de inversión y modernidad que, en la práctica, han intensificado la presión inmobiliaria y turística. Los residentes relatan que la llegada de inversionistas y “turisteros” ha generado un boom inmobiliario con letreros de casas y terrenos en venta en las calles cercanas al muelle, provocando que el acceso a la vivienda se vuelva cada vez más difícil para los locales.
El comisario ejidal, don Irineo Novelo Esquivel, destacó que la transformación de Sisal ha alterado la esencia del puerto. “Aquí éramos felices, éramos una comunidad unida, donde pasar de patio en patio era parte de nuestra vida; hoy, el progreso se traduce en conflictos y hasta golpes entre los ‘turisteros’”, señaló. La comunidad, históricamente unida y de tradición pesquera, ahora enfrenta el desafío de adaptarse a cambios que amenazan su forma de vida. Las carencias en servicios básicos como electricidad, internet, agua y manejo de basura se han visto agravadas con la masificación turística y la afluencia de nuevos residentes, lo que incrementa el costo de vida y genera conflictos en el sector.
Además, la disputa por la preservación de la naturaleza se ha intensificado, sobre todo en las áreas cercanas a la playa, donde la tala ilegal de mangles y la devastación de dunas costeras han encendido la alarma entre los ejidatarios. Estos problemas ambientales se suman a la frustración por la falta de un estudio socioeconómico adecuado antes de la designación de Sisal como “Pueblo Mágico”. La comunidad reclama que las autoridades, al respaldar el impulso turístico y las inversiones inmobiliarias sin contemplar el impacto en la calidad de vida, han dejado de lado la protección de su patrimonio natural y cultural.
En síntesis, mientras Sisal se posiciona en el mapa de los destinos turísticos y de inversión, los habitantes y ejidatarios se ven en una carrera contra el tiempo para preservar la identidad y los servicios básicos de su comunidad. El desafío consiste en encontrar un equilibrio entre el desarrollo y la preservación, garantizando que el progreso y el turismo en Sisal no sacrifiquen la autenticidad y la calidad de vida de sus habitantes.